El Día del Campesino honra la dedicación y el esfuerzo de quienes trabajan en el campo, también ofrece una oportunidad para reflexionar sobre los desafíos que enfrenta el sector agrícola. La agricultura es fundamental para la economía peruana, habiendo registrado un crecimiento del 5.3% en el PBI. Además, el sector proporciona empleo directo a cerca del 25% de la población.
El rol crucial de la agricultura familiar es particularmente significativo, ya que el 70% de los alimentos que consumen los peruanos provienen de pequeñas unidades agrícolas. Sin embargo, a pesar de su contribución esencial, muchos de ellos continúan viviendo en condiciones de pobreza y enfrentando múltiples desafíos económicos y sociales.
Juan Sánchez Barba, director ejecutivo de la Red de Agricultura Ecológica, destaca que, aunque el agro es un pilar de la economía y la alimentación en el Perú, existe una deuda con los agricultores familiares. Estos productores, quienes a menudo poseen menos de dos hectáreas de tierra, son responsables de la mayor parte de la producción de alimentos, pero continúan siendo uno de los sectores más vulnerables de la sociedad.
Problemas en el agro peruano
Según Sánchez Barba, en el país existen 2 millones 200 mil unidades agrícolas, de las cuales el 97% son agricultores familiares. De estas unidades familiares, el 80% posee parcelas de dos hectáreas o menos, lo que las ubica en una situación de vulnerabilidad económica. A pesar de su papel crucial en la producción del 70% de los alimentos que consumen los peruanos, estas familias enfrentan condiciones de extrema pobreza.
Durante la pandemia, fueron estos mismos agricultores familiares los que continuaron trabajando sin descanso para garantizar el suministro de alimentos, a pesar de los enormes desafíos que enfrentaban. Esta dedicación no ha sido correspondida con el apoyo necesario por parte del gobierno y la sociedad en general.
A pesar de su importancia, los agricultores peruanos, especialmente los familiares, enfrentan serias dificultades. Sánchez Barba subraya que la pobreza en las zonas rurales es significativamente alta, alcanzando tasas de hasta el 40%, en contraste con el 29% a nivel nacional. Este índice elevado subraya la urgencia de implementar políticas efectivas que aborden las necesidades específicas de los agricultores familiares.
Soluciones propuestas
Para mejorar la situación del agro peruano, Sánchez Barba propone varias soluciones que ya se están implementando en algunas regiones del país:
- Capital natural: Inversión en la siembra y cosecha de agua, así como en riego tecnificado, para asegurar el acceso al agua durante todo el año y permitir múltiples cosechas anuales.
- Capital humano: Capacitación y asistencia técnica para los agricultores, con un enfoque en la agricultura ecológica, para mejorar las prácticas agrícolas y aumentar la productividad de manera sostenible.
- Capital social: Fortalecer la asociatividad entre los agricultores a través de cooperativas y comunidades campesinas para mejorar la capacidad de negociación y acceso a recursos.
- Capital financiero: Acceso a crédito y financiamiento, reducido el riesgo a través de las inversiones en capital natural, humano y social.
La implementación de estas medidas puede transformar la realidad de los agricultores peruanos, permitiéndoles superar la pobreza y contribuir aún más al desarrollo económico y social del país.
Indica también que actualmente la medida que más se está implementando en el país es la siembra y cosecha de agua. «Hay ahora una gran cantidad de alcaldes, comunidades y gobiernos regionales que están invirtiendo en sembrar y cosechar agua», señaló.
Subraya también que el Perú es un país con abundantes recursos hídricos, pero que aún no sabe aprovecharlos eficientemente.
«Si tuviéramos miles de pequeñas represas en los Andes controlando el agua de lluvia que hoy se pierde, esa agua podría servir para la base de dos cosechas anuales. Con dos cosechas anuales, asistencia técnica, capacitación, asociatividad y crédito, el agricultor podría salir de la pobreza extrema», comentó.