Los altos niveles de inseguridad alimentaria, por la falta de acceso que tienen los hogares a alimentos suficientes y de calidad, continúa afectando a los peruanos en medio de una economía que cerraría el año en negativo.
Solo en la primera mitad del año un 6.3% de la población, equivalente a unos 2,1 millones de personas, redujo más su consumo de alimentos, según un reciente estudio del Instituto Peruano de Economía (IPE).
Esta caída en el consumo de alimentos, que alcanza su peor nivel en 16 años sin contar la pandemia, se da ante una reducción de los ingresos y el retroceso en los avances de reducción de la pobreza.
Entre los alimentos que están dejando de adquirir los hogares peruanos vulnerables están las proteínas pues, según el IPE, el consumo de carnes rojas en los niveles socioeconómicos más bajos cayó 14% en los últimos cinco años. Solo en el nivel socioeconómico B la reducción en el consumo de carnes fue de 26%.
Aunque el consumo de carne aumentó en el ámbito rural durante la pandemia, este comenzó a caer rápido desde el 2022 ante el alza de la inflación de alimentos.
Por otro lado, el Gerente de Políticas Públicas del IPE, Victor Fuentes, también indica que existen problemas de focalización en los programas de asistencia alimentaria, pues un 28% de los beneficiarios de comedores populares no es pobre ni vulnerable.
Asimismo, en programas como el Vaso de Leche se estima que un 24% de los que acceden a los beneficios no están en situación de vulnerabilidad.