La medida, que regirá por 15 días, limita también la atención en mercados y la presencia de adultos y niños en centros de esparcimiento. La Habana, el último bastión de la COVID-19 en Cuba, ha experimentado un rebrote en las últimas semanas.
La Habana, el último bastión de la COVID-19 en Cuba, quedará bajo toque de queda por 15 días, medida con la que las autoridades tratan de contener un reciente rebrote en la capital, y terminar de arrinconar a la pandemia.
Se dispuso «prohibir la movilidad de personas y vehículos en el horario comprendido entre las 7 de la noche y las 5 de la mañana. No pueden transitar personas por nuestras calles», señaló el jueves a la TV estatal el gobernador de La Habana, Reinaldo García Zapata.
La medida, que regirá desde el 1 al 15 de septiembre, limita también la atención en mercados hasta la 4 de la tarde, y limita la presencia de adultos y niños en parques y centros de esparcimiento.
Todo esto, de la mano de un incremento de policías en las calles. Además se controlará estrictamente los accesos y salidas de la ciudad.
Con 11,2 millones de habitantes, la isla ha logrado mantener a raya al nuevo coronavirus, con 3 806 contagios, 92 de ellos fallecidos y 3 195 curados, al cierre del miércoles, una situación favorable frente a varios de sus vecinos.
Sin embargo, de este total, más de 1 200 casos corresponden al último mes, después de un rebrote en La Habana. A mediados de julio la isla incluso llegó a tener una tasa de contagio de 0.6 personas por 100 000 habitantes.
Cuba implanta toque de queda en La Habana para arrinconar a la COVID-19.